Cada barrica de vino tinto cuenta una historia. Durante años, han sido el hogar de grandes vinos, impregnándose de sus aromas, matices y carácter. Cuando su ciclo en la bodega llega a su fin, les damos una segunda vida, transformándolas en piezas únicas para destilerías o en elementos decorativos llenos de autenticidad.
Para destilerías: Las barricas en mejor estado continúan su legado en la maduración de whiskies, rones y otros destilados, aportando complejidad y notas inigualables de frutos rojos, especias y madera envejecida.
Para decoración: Las barricas más antiguas encuentran una nueva función en espacios rústicos y elegantes. Desde muebles con carácter hasta piezas decorativas, cada barrica aporta calidez y personalidad a cualquier ambiente.
Damos nueva vida a estas barricas con historia, asegurando que su esencia perdure, ya sea realzando destilados o embelleciendo espacios.
Capacidad de las barricas: 225 litros, 300 litros, 500 litros